El Cristo de La Habana está en reparaciones por Maritza Morales Valero




(Guayos, Sancti Spíritus/Cuba) Maritza Morales Valero



La colosal escultura de aproximadamente 20 metros de altura, está en reparaciones.
Descansa, sobre un pedestal de tres metros, a unos 51 metros sobre el nivel del mar. Lo que le permite su visibilidad desde muchos puntos de la ciudad. Ubicada en Casa Blanca, en una colina perteneciente al Complejo Militar Morro Cabaña, desde allí es visible toda la Habana.
El Cristo de La Habana, figura de pie, con una mano bendice y con la otra cercana al corazón. Los ojos se dejaron vacíos para que diera la impresión de mirar a todos desde cualquier lugar que fuese observado.
Constituida por 67 piezas de mármol de Carrara, Italia. Fue esculpido en Roma y bendecido por el Papa Pío XII.
La obra pertenece a la escultora cubana Jilma Madera, (Pinar del Río 1915, La Habana 2000).

Inaugurada el 25 de diciembre de 1958.

Desde entonces ha sido sometido a varias reparaciones por ser afectada por descargas eléctricas, que le provocaron una abertura al centro de la cabeza, que ha deteriorado la armazón interior de acero, por ser ésta, hueca por dentro. Se supone que las afectaciones han sido por la no colocación de un pararrayos.

Actualmente se estudian todos los detalles, más el alumbrado nocturno que da el efecto de levitación.

Jilma Madera, fue una de las más destacadas escultoras de Cuba.

Se graduó de economía en 1936, posteriormente estudia pedagogía en la Universidad de La Habana, y en 1942 matricula en la Academia de Artes Plásticas San Alejandro.

Participó en la campaña de alfabetización, y conoció al Che cuando reparaba su obra El Cristo. Aun en su casa se aprecia un retrato del Che.

En el museo de San Cristóbal (Pinar del Río), actual provincia de Artemisa se exponen sus obras, lográndose recuperar alrededor de 700. El museo lleva el nombre de la destacada escultora.

Dentro de sus obras mas sobresalientes se encuentra El Cristo de la Habana, el busto de José Martí que se encuentra en el Pico Turquino, la escultura al presidente Franklin Roosevelt de Estados Unidos, dentro de otras.
Se cuenta que Jilma era una persona excesivamente cuidadosa. En la base del Cristo colocó varios objetos personales, monedas y periódicos de la época.

A pesar de estar afectada por glaucoma, nunca dejó de trabajar.

Poseía un gran sentido poético. Al inaugurar El Cristo, expresó;

…Lo hice para que lo recuerden, no para que lo adoren, es mármol…




Esta expresión ha tenido varias interpretaciones.




OBRA POÉTICA RELACIONADA




DÍA DE INOCENTES

(fragmentos)

Maritza Morales Valero





El otoño arrastra a los desechos.

No hay árboles en la ciudad.

La inocencia se ha escondido

¿o es que no existe?

Y este día promete cosas que no cumplirá.

Aun hay restos de candidez en algún sitio

invisible a nuestros ojos

no a los de él.

Quizás en la ingenuidad de un niño

que lo arrastran a un camino no muy cierto

y arrancan su diversión.

Le prometen un mañana

y un mañana nunca llega

y se le olvida;

otra promesa incumplida la suplanta.

Y yo miro desde mi celda:

la familia unida,

la navidad incomprensible.

Incomprensible porque Cristo no estudió conmigo,

no lo conocí de infante

hasta hoy que lo tropecé aquí en la calle.

Me busca,

¿él a mí o yo a él?

¿Quién necesita de quién?

Quisiera preguntarle pero se escapa

tiene tanto trabajo pendiente

más no es ajeno y me recuerda.

Su dedo muestra a su ojo

y señala a mi corazón.

Descifro el mensaje;

no estoy sola,

me acepta como soy

es por eso que lo amo.

Duermo sin miedo en mi celda

descanso sobre él,

con él,

y él en mí…

………………………………………….

… olvidados los sofocos y reímos,

en el día que persiste la inocencia.

Y arrastrados cual desechos del otoño,

disipado el calor que nos rodeaba

recordamos a Jesús

sin conocerle

y ofrecimos sin querer

la otra mejilla.





Recordamos a Jesús sin conocerle y ofrecimos sin querer

la otra mejilla.

(c) Maritza Morales Valero
Guayos
Sancti Spíritus
Cuba


Ha sido una colaboración de Maritza Morales Valero,

para la REVISTA ARCHIVOS DEL SUR.

Maritza Morales Valero (Guayos, Sancti Spíritus, Cuba, 1968) es poeta y narradora (literatura infantil y para adultos). Graduada de nivel medio superior, de formación autodidacta.
Se incorporó en el 2014 al Taller Literario Fayad Jamis de Guayos, donde ha participado en encuentros de escritores aficionados y ha obtenido premios y menciones en narrativa infantil, para adultos y en poesía. Tiene inéditos cuentos y relatos, para niños y adultos, y poesía. Ha colaborado con revistas infantiles y programas radiales. Fue finalista en el Concurso Nacional de Microrrelatos, auspiciado por la revista mexicana Papeles de la Mancuspia donde fue publicada su obra Cena Homenaje.
texto y fotografías (c) Maritza Morales Valero, enviadas por Maritza Morales Valero para su publicación en la revista Archivos del Sur.








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